Hitler, "la salvación de Alemania" y el terror de los judios

Adolf Hitler

Nació en Austria 1889, huyó del Imperio Austro-Húngaro para no prestar servicio militar; se refugió en Múnich y se enlisto en el ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial, acusaba a los político de haber traicionado a Alemania aceptando las humillantes condiciones de paz del Tratado de Versalles, pronto paso a la política siendo parte del Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP), en el cual daba discursos de temas nacionalistas, antisemitas, anticomunistas, antiliberales, antidemócratas, antipacifistas, trato de tomar el poder y en su primer intento fracaso por el cual fue juzgado y sentenciado.

 

Ya puesto en libertad fue  proclamado máximo dirigente de la Alemania nazi. Tras ser nombrado canciller en 1933, liquidó las instituciones democráticas de la república e instauró una dictadura, desde la que reprimió brutalmente toda oposición e impulsó sus ideas: superioridad de la raza aria, exaltación nacionalista y pangermánica, militarismo revanchista, anticomunismo y antisemitismo. De esa forma creando el Tercer Reich, el cual se guiaba por ideal federado de los pueblos de lengua alemana provocando un agresivo expansionismo, Hitler rearmó Alemania y reorganizó su ejército hasta convertirlo en una maquinaria temible, la invasión alemana de Polonia desencadenó finalmente la Segunda Guerra Mundial cuya primera fase dio a Hitler el control de toda Europa, poniendo el alto nombre del pueblo alemán, desde el principio demostro su rechazo ante los judios pues consideraba que debido a las altas riquezas que manejaban los banqueros (judios) Alemania habia perdido la guerra